Decir luz es
decir vida, esta percepción es tan antigua como la humanidad, diversas culturas
veneraron al Sol tales como la egipcia,
la mesopotámica, la mexica, la incaica, la china, la japonesa, la griega o en
religiones como la hinduista. La Iglesia, y sin ánimos de promover algún culto
idolátrico al astro rey relacionándolo con Dios, se basa en el precedente
bíblico que ve al sol como símbolo de Jesús, quien es luz que da vida y brilla
en las tinieblas (Jn 1, 4-5): Dios es Luz (1 Jn 1, 5).
Nosotros adquirimos
una particular mirada la que, gracias a la tecnología del presente aquí
compartimos.
Buena vida
Pablo y Ana
Borsani