Tan reales como nuestra propia existencia, si bien por todas partes están, inclusive en los cuentos, su habitad es la vegetación. Son nuestros amores, son el espíritu de la naturaleza, están invitados a descubrirlos y para ello dejaremos una pista, deben ser parte de la vida, no reyes ni sometidos, sentirse iguales ante todos los seres vivos, personas, árboles y demás formas, con iguales derechos, todos reunidos en el mismo circulo, todos un fragmento del planeta.... la pista es “amor”.
Buena vida
Pablo y Ana Borsani