La tarde soleada tentó a la caminata, y como es costumbre el tiempo fue aprovechado para el encuentro.
En imagen y dentro del círculo dos amigos del alma, nuestros amores que comparten sin mediar palabra el desánimo que nos embarga, lo revelan sus rostros, ellos comparten la pena sabiendo que cada quien es amo y señor de su destino y nada desde fuera podrá cambiarlo, el tan mencionado libre albedrío, estén felices, que el afuera quede fuera y dentro.., por dentro un mar de felicidad.
Buena vida
Pablo y Ana Borsani
Que suerte chicos que puedan haber aprovechado el día que nos regaló la naturaleza, y sobre todo haberse encontrado con ésos amigos incondicionales que no necesitan preguntar para entender. Sólo buscan ser imitados en sus alegrías. Buena vida!!!
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