Cautelosos y
factiblemente desconociendo su adaptación al entorno la cual hace prácticamente
imposible revelar su figura, intentan ocultarse ante nuestra presencia. Seres
similares en apariencia al hombre en épocas pasadas, ahora descubrimos en el matorral,
los hay de desigual corpulencia siendo determinante su actitud observadora de
lo atinente a nuestra actividad. Es materia de discusión su contextura, los
creemos sólidos de forma propia potencialmente como la nuestra aunque oscilando
en separada frecuencia. Nada está en reposo, todo se mueve vibra y circula en
distintas frecuencias, Para ejemplo las trasmisiones radiales,
cantidad y diversidad de difusiones navegando el éter diferenciadas la una de
la otra por el número de ciclos con que se repite la onda por segundo, no siendo otra cosa mas que la tan mentada vibración.
Buena vida
Pablo y Ana
Borsani
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