Tú propio reflejo

Ver la vida como en verdad se presenta, observar el entorno tal como es, para así descubrir el maravilloso acto de amor que representa en su conjunto.

Nos adiestraron valiéndose de la educación, nos dijeron lo que es y lo que no podía ser, y ya es momento de soltar vínculos; puntual es razonar, descubrir y aceptar libremente, hacer nuestra propia evaluación, nuestra buena ciencia; recomenzar, un renacer en la maravillosa creación hasta hoy tan alejada y por tantos casi desconocida.

Si así no lo piensas, mira tú propio reflejo, serás testigo de una maravilla igualmente inadvertida, como otras, en este impresionante planeta tierra.

Buena vida

Pablo y Ana Borsani

A la vista de todos, aunque no todos ven

En imagen un árbol como tantos ya publicados,  su apariencia está a la vista de todos, aunque no todos la ven.

Claramente no es tan solo madera y sombra, tampoco obra de encantamiento alguno, si básicamente una forma de vida que aun el hombre no descubre en esencia y... bienvenido sea.

Nosotros decimos que en cuanto un vegetal perdure en pie, habrá vida, nos referimos a nuestra vida y tantos mas seres ya que, la vida no es de propia autoría, hacedora es la conexión, cada cual a lo suyo y a su vez creando el habitad de todos, y claro está que la vegetación tiene un papel sobresaliente, así sea.

Buena vida

Pablo y Ana Borsani

Los ojos del arbol, de todos los arboles

En separada oportunidad hemos presentado ojos de árbol, seguramente se trata de algo dificultoso de entender a no ser que dejemos todo lo aprendido de lado y comencemos un nuevo aprendizaje, la humanidad se encuentra en momentos de cambio, de grandes cambios, los  que deberán ser asimilados ya que la verdad ha permanecido oculta y es momento de quitar el velo. Manto que cubre también a la naturaleza que es otra cosa y no lo aprendido.

Se ha utilizado lo que de por si es propiedad de todos para beneficio de pocos, conservando ocultas maravillas como esta que aquí por segunda ocasión presentamos, los ojos del árbol.

Buena vida

Pablo y Ana Borsani

 

Bajo el añejo tronco

Pasó inadvertido, dirigí mi atención hacia las alturas siendo que por lo bajo y junto a mí se descubría un individuo, quien de seguro empequeñeció su silueta resuelto a tomar posición bajo el añejo tronco para así dominarlo todo.

Existen con nosotros aunque no los observemos, son seres afines a nuestro proceder; por ello en ningún tiempo olviden que están, que ellos sepan que ustedes así lo entienden, y ustedes que los hay de toda cualidad, escoger es el punto, para más luego disfrutar de esa asociación que nos tutelara en pos de la  “buena vida” tan deseada.

Buena vida

Pablo y Ana Borsani