En busca de la vida eterna

La pequeña célula en cuanto cree ser independiente se convierte en tumor. Asimismo sucede con otras formas de vida.

Nosotros y más partes forman al planeta tal como es, piezas que tan solo por su carácter asisten en la tarea de conservarlo enérgico, todas vinculadas acaso sin saberlo influyendo en el mismo sentido.

Nuestra existencia queda en manos de la salud del planeta y su salud reposa en las nuestras. En lo individual debiéramos perseguir la vida eterna, tal interés exigiría alianza con todas y cada una de las formas que crean nuestro mundo, y así, en aquel momento como sin querer brotaría el vínculo, renunciaríamos a la actual independencia y descendería de inmediato la hinchazón que hoy por hoy causamos y va en aumento. Tu mundo, mi mundo, nuestro mundo, un único mundo que nos necesita,... necesitamos al mundo!!!

Buena vida

Pablo y Ana Borsani 

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Pequeños habitantes de la naturaleza, fotografías

Ayuden a correr la voz, las plantas, los árboles, la naturaleza toda vive, cada centímetro del espacio en que habitamos y compartimos vive, nosotros como todos los demás seres somos accesorios del ecosistema, es el medio de supervivencia sistémico; en él y con él, todos prolongamos nuestra particular existencia, nadie ha de faltar, cada quien en su puesto apoyado y apoyando la duración.

Las imágenes nos muestran seres pequeños, su nombre no es importante, si lo es su presencia.

Improbable crear una estructura faltando ingredientes; al clavo, al cemento, a la madera y a tantos otros elementos agrupados se los califica “casa”, de faltar alguno de ellos ya no sería posible tal calificativo y muchos de ellos por separado ya no tendrían razón de ser, del mismo modo cuando asociamos a todos los seres vivos el planeta evoluciona en mundo, porque el mundo lo hacemos todos, todos somos el mundo.

Ajustemos en el engrane adecuado, preservemos las especies, poblemos de vegetación la tierra para que continúe siendo un "mundo", el único mundo del que todavía somos parte.

Si comprendiste divúlgalo, deseemos que todos comprendan, por un mundo mejor.

Buena vida

Pablo y Ana Borsani

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Humano, cuerpo y espíritu soluble en el éter

Como si nuestro mundo no fuera real, así calificaran al observar la imagen, un lugar imaginario con personajes fingidos, figuras con trazos de historieta y junto a ellas la nuestra, la mía, tan existente como todo lo que me rodea, un espacio para diferentes sentidos vivido por encantadoras almas, afectos del momento y por la eternidad.

Dos mitades, una única familia, humanos, cuerpo y espíritu soluble en el éter.

Buena vida

Pablo y Ana Borsani

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Aldea de Gnomos, fotografías familiares

 A la vista de otras especies sabrá considerarse normal aquello que, la formación humana dispuso ubicar por ignorado motivo en la línea imaginaria.

Sin ideologías, fuera de supersticiones, conocer a fondo el medio ambiente nos hará crecer y perdurar, alterar el camino afectara nuestro destino, por los siglos de los siglos así sea.

Buena vida

Pablo y Ana Borsani

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Fotografía desde el cielo

En cuanto los nubarrones dejan paso a la luminosidad de sol, sujetos a la luz vienen entidades divinas, habitan en donde la iluminación es perpetua; si debiéramos señalar lo haríamos hacia el cielo, celestiales seres de misericordia infinita están cercanos y prestan oídos disimuladamente, para ello la claridad debe de ser de igual modo nuestra dirección.

La imagen recrea el encuentro por nosotros conquistado, sucedió ni bien el cielo se descubrió despejado.

Buena vida

Pablo y Ana Borsani  

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Destino, la luz

En el encuentro la energía es mutua, uno y otro en sintonía, más, invariablemente el rayo de sol asiste manifestando formas, escoltando la vida.

Incorporamos imágenes de momentos que difícilmente lográsemos explicar, no obstante escribiremos que la luz armoniza con la felicidad mientras que la oscuridad simpatiza con la tristeza, elegir está en vos.

Buena vida

Pablo y Ana Borsani

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