En entrada anterior exponíamos sobre la “vibración”, la cual motiva desiguales estados en
la materia.
A esto es
oportuno añadir que de cara al final, el proceso prepara la separación de los
desiguales componentes del cuerpo, en cuya composición intervienen los tres
estados de la materia, solido, líquido y gaseoso, siendo la porción etérea aquella
que persiste llevando abundante experiencia y sentimiento.
Dicha fracción
volátil es sin duda la pieza fundamental que preside el organismo, puntualmente el yo del espécimen.
En imagen mostramos
la porción etérea del ser, sabíamos ya que por su constitución sutil adoptan posición
sobre elementos concretos, en este caso es
un gorro situado sobre la mesa el territorio elegido para personificarse.-
Buena vida
Pablo y Ana
Borsani