jueves, 4 de junio de 2015

José Gabriel del Rosario Brochero

José Gabriel del Rosario Brochero, nació en 1840 en las Sierras Chicas de la provincia mediterránea argentina. Murió en 1914, leproso y ciego. Su misión la desarrolló a lomo de mula. Fue incansable en el rescate de las almas de una población serrana muy pobre, aislada y olvidada,  librada al estrago del alcoholismo y la violencia.
El cura Brochero, como se lo conoce popularmente, dejó una huella imborrable en el bello paisaje de Traslasierra: con la ayuda de sus "ovejas", construyó caminos, escuelas, capillas, oficinas de correos y una Casa de Ejercicios espirituales en la Villa del Tránsito, hoy llamada Villa Cura Brochero en su honor.
A continuación algunos comentarios, publicados en el sitio de Radio Vaticana:
"Para saber quién fue el cura Brochero, [hay que] subirse al cerro Champaquí que es lo más alto tras las Sierras Grandes de Córdoba, a 2800 metros de altura, y desde allí contemplar la extensión hasta los llanos de La Rioja, porque el corazón del cura Brochero, sacerdote abnegado y evangelizador incansable, recorrió todo ese territorio a lomo de mula. Brochero era un cura pobre de cosas, pero muy rico de cariño por la gente, como Jesús. Las sierras son muy lindas. Pero también muy duras para sus habitantes y, como ahora, cuando Brochero recorrió estos parajes donde se mezclan el verde y el desierto, había mucha miseria material y espiritual. Aunque no tenían caminos, el cura los hizo con su mula malacara, visitando a todos lo que vivían en su inmensa parroquia. Les enseñaba el catecismo, acompañaba a los enfermos y animaba a todos al trabajo y a la vida cristiana. Junto con los callos que le levantó la montura, también se levantaban firme las escuelas, las iglesias y las familias cristianas, en el camino del cura Brochero, como pedazos queridos de su corazón de pastor.
"Prisionero de los vicios, el alcoholismo, las peleas y las pasiones desordenadas, estaba el paisano con su familia en los tiempos de José Gabriel Brochero en Traslasierra. Estaba atado, encadenado, condenado a la miseria y a la desgracia. Como dice el Evangelio, 'Jesús se conmovió porque estaban errantes como ovejas sin pastor'. Y como Jesús, el Cura Brochero sintió compasión. Con su sacerdocio, por la reconciliación y la comunión de Vida en el amor que Jesús ofrece, Brochero liberó a muchos paisanos y formó una comunidad que trabajaba unida por el bien de todos.
Volvé por un momento a 1870, cuando todavía cruzaban las sierras a lomo de mula o caballo, y trazá un camino sintiendo cómo te crecen los callos en las "posaderas" - como decía el cura Brochero. Y con ese camino, como si fuera un hilo, andá enlazando para Dios a fuerza de amistad y trabajo, tantos cristianos como personas encontrés. Imaginá que se crea una gran familia de hermanos y amigos que se ayudan a progresar en las condiciones de vida; a acercarse espiritualmente a Dios. Dibujá en este paisaje sobre la mula un cura de sombrero alón, con un corazón de amigo y sacerdote incondicional, y estarás frente a José Gabriel Brochero del Rosario, párroco en Traslasierra."*


Un grande de simpleza singular y espíritu indomable, José Gabriel del Rosario Brochero, por siempre, un hombre santo.
Las imágenes nos transportan a la capilla de Nuestra Señora del Tránsito, emplazada en la localidad de Villa Cura Brochero, espacio agraciado, área de extraordinaria energía. Observen el destello color verde oliva sobre el hombro de Ana, un aparente fulgor que emanaría del contacto, al tiempo, la mano derecha del Curita Brochero permanece con el puño en posición cerrado, en ella sujeto un crucifijo, y sobre ella notamos que se han formado desiguales rostros, no obstante uno se acentúa, lo podrán apreciar amplificado en la segunda imagen, la tercer imagen nos muestra la Iglesia y parte de la casa de ejercicios en todo su esplendor.

El misterio es la cosa más bonita que podemos experimentar. Es la fuente de todo arte y ciencia verdaderos. (Albert Einstein (1879-1955) Científico alemán nacionalizado estadounidense.)
Buena vida
Pablo y Ana Borsani






* Fuente: Infobae

martes, 2 de junio de 2015

Capilla Del Monte, historia viva

Nuevamente Capilla Del Monte, Córdoba, Argentina,  espacio energético por naturaleza. Las imágenes confiesan el manifiesto secreto de los añosos algarrobos que realzan la plaza San Martín de la localidad.
Percibimos la vida sujetándose a los confundidos troncos, multitud de seres sutiles se aferran tan enérgicamente, al punto de componer con el paso del tiempo el ahora deformado tallo. Historia viva, en algún caso protagonistas del ayer resistiendo resueltamente la ineludible despedida, personajes esforzados por  permanecer arraigados a la amada tierra.
En la parte baja a la izquierda de la imagen descubrimos la señal de la cruz, guia del camino.

Vivir la vida de tal suerte que viva quede en la muerte. (Santa Teresa de Jesús (1515-1582) Escritora mística española.)
Buena vida
Pablo y Ana Borsani

El tronco todo, invadido, algunos punteamos, otros en espera de ser revelados.

sábado, 30 de mayo de 2015

Reflejos de vida

Al igual que un espejo, el arroyo cristalino nos acerca la imagen de una bella dama, perfil reflejado inmediato a otros individuos que, del mismo modo se valen del acompasado riachuelo para forjar su manifiesta imagen.
El aire empuja etéreos soplos de vida, presencias del ayer que caminan sobre alguna suave brisa en espera del instante de volver a florecer.
Buena vida
Pablo y Ana Borsani

    

viernes, 29 de mayo de 2015

Los viajes de Gulliver

Si prometen ser sigilosos, los invitamos a visitar la alcoba de un tierno y pequeño individuo, lo vemos en la primera imagen, arropado con la hojarasca descansando plácidamente, cercanos, diversos integrantes de su familia observan desde posiciones ocultas a primera vista, si tienen deseos de descubrirlos recomendamos hacerlo sobre la segunda imagen. 
Nos trae a la memoria aquel célebre cuento intitulado “Los viajes de Gulliver” de Jonathan Swift, en donde Gulliver era el médico de a bordo del barco mercante Antílope, el que después de muchos meses de navegar, se acercó a las costas de una tierra desconocida. De pronto estalló una terrible tormenta y el viento arrojó al Antílope contra las rocas, inmediatamente el barco se partió en dos, antes de que se hundiera, los tripulantes aterrados, se tiraron por la borda, pero sólo Gulliver consiguió nadar a través del furioso oleaje y llegar a tierra sano y salvo,  los otros marineros no tuvieron igual suerte.
Una vez fuera del agua, Gulliver se arrastró por la playa completamente agotado, quedando sumido en un profundo sueño. Al despertar, sin idea de cuánto tiempo había estado durmiendo noto el sol brillando intensamente, soltó un gemido e intentó estirarse, pero comprobó horrorizado que no podía moverse. ¡Tenía los brazos, las piernas y la espesa cabellera firmemente sujetos al suelo!. Entonces sintió que algo le subía por la pierna, levantó la cabeza cuanto pudo y vio a un diminuto personaje, no mayor que su dedo meñique caminando sobre su pecho, luego vio con asombro que al menos otros cuarenta hombrecillos trepaban por todo el cuerpo.
Si bien el cuento continua lo importante es que ahora ya sabemos que no es imposible toparse con hombrecillos diminutos, de hecho en este preciso instante muy cercanos estarán, solo es imperioso verlos, y para ello que mejor que comenzar con fotografías, las que son fiel testigo de su existencia.

La juventud no es un tiempo de la vida, es un estado del espíritu. (Mateo Alemán (1547-1613) Novelista español.)

Buena vida
Pablo y Ana Borsani