La privación de visión o negación
de la realidad no es reciproca, propiamente de acá hacia allá surge el
ocultamiento, de allá hacia acá el espectáculo se muestra por completo a tal
punto que creyendo ser vistos los seres tienden a ocultarse ante la presencia
humana, en menor medida ocurre con los espíritus, entes etéreos, sobreviene puntualmente con las formas solidas de
diversas estirpes que habitan un poco mas allá.Pretenden ocultarse temerosos de que lográramos observarlos y claro
está, existen razones para negarse a nuestro enfoque, entre ellas podemos
indicar que hay quienes nos aprecian a modo de gigantes y temibles individuos, acaso
al tiempo alguna regla lo impida, cierta autorización que momentáneamente aquí ignoramos.
La pasión de
dominar es la más terrible de todas las enfermedades del espíritu humano. (Voltaire (1694-1778) Filósofo y
escritor francés.)
El rostro de
Jesús era el de un hombre joven y barbudo de rasgos finos, piel pálida, largo
cabello castaño claro y profundos ojos azules. Así, al menos, lo han
representado diversas iconografías artísticas (desde Leonardo Da Vinci en
adelante) y religiosas y, muy especialmente, el cine y la televisión, sobre
todo la famosa película “Jesús de Nazareth”, dirigida por Franco Zeffirelli y
protagonizada por el actor británico Robert Powell.
Hace unos
pocos años el canal “History Channel” exhibió un documental titulado “El
verdadero rostro de Cristo”, donde se exhibió gracias a la tecnología 3D y
avanzados programas computacionales el presunto y verdadero rostro del
Nazareno, basado en la única pista fiable que existía hasta ahora: El santo
sudario de Turín. Ray Downing, el profesional informático encargado del
proyecto, explicó que “si quieres recrear la cara de Jesús tienes un solo
objeto y ese es el Sudario de Turín, el manto de lino que habría cubierto el
cuerpo y rostro de Cristo después que fue crucificado. Con la ayuda de expertos
gráficos y la tecnología 3D, Downing creó una imagen en 3 dimensiones a partir
de una impresión bidimensional del manto de lino de Turín, que fue logrado
después de varios meses de trabajo. El resultado fue el de un anguloso y
proporcionado rostro de un hombre semítico joven de cabellos más bien oscuros
que, si utilizamos los parámetros cinematográficos, se parece más bien al
Jesucristo de la película “La Pasión de Cristo” del director Mel Gibson
(encarnado por el actor Jim Caviezel), que al Jesucristo de rasgos finos y
sajones que encarnó el actor inglés Roberto Powell en la película de Franco
Zeffirelli.*
En la
fotografía observamos a Ana, frente a ella un rostro, ustedes concluyen.
Dios no
habla, pero todo habla de Dios. (Julian Green (1900-1998) Escritor
norteamericano, nacido en Francia.)
Imagen que sospechamos nos aproxima al Paraíso
o al menos a la antesala de la gloria de las almas, en ella creemos observar el
momento en que un enaltecido ser de barba blanca engalanado con larga túnica
negra, señala el camino a los bienaventurados, indicación que establece al
extender su brazo derecho el cual se torna invisible al quedar expuesto a la
poderosa iluminación procedente. Junto a él otro individuo de vestidura clara.
Entendemos que el atuendo oscuro es usado para ser distinguido ante tan realzada
claridad, si bien desconocemos quien es el ser que luce la prenda. Es persistente la vigilia que aplican al
referido espacio, la segunda fotografía fue lograda en diferente tiempo, notamos que en lugar del ser de túnica oscura hay una dama,
la cual es portadora de un símbolo el cual creemos es el distintivo de la cruz,
advertimos al tiempo seres agrupados en confusa
hilera.
Siempre hay un lugar en las cumbres para el
hombre valiente y esforzado. (Thomas Carlyle (1795-1881) Historiador,
pensador y ensayista inglés.)
Buena vida
Se preguntaran ¿porque solo vemos rostros incorpóreos
en cuanto a espíritus se relaciona?, es que los seres, aunque invisibles para
el ojo humano son corpóreos, por tal se presentan de cuerpo íntegro, como lo
son Gnomos, duendes, hadas y otros, inclusive aquellos aún descatalogados, en tanto las almas, se representan en forma de
rostro, su propio y preconcebido semblante, aquel que componía su perfil
anterior, el que al presente particulariza la etérea “alma”, cuyo tamaño guarda
relación conforme a la sustancia de cada quien.
Transcurrió una época en que el alma coronaba
un ser corporal, tiempo en que participaba junto a sus pares en la vida esta,
circunstancia que impone sin temor considerarlos hermanos. Hay otros estados
en lo concerniente a espíritus, pero a ellos nos referiremos en breve.
Si nos
atrevemos a creer en la vida eterna, a vivir para la vida eterna, veremos cómo
la vida se torna más rica, más grande, libre y dilatada. (Benedicto XVI (1927-?) Papa de la Iglesia
Católica.)
Apresuradamente
tan luego de finalizado el tabique recientemente edificado, se suma un nuevo vecino,
deducimos que intenta llegar a los suyos por nuestro intermedio, que así sea.
Cualquier parecido con la realidad, es pura realidad!!!
Dios, que te
creó sin ti, no te salvará sin ti(San Agustín (354-430) Obispo y filósofo.)
Regocijo, el
de nosotros y el que denota nuestro amigo Tronqui, personaje del mas allá conocido por gran cantidad de seguidores de
nuestras notas, años han pasado ya desde aquel primer día en que uno a otro nos
descubrimos. Tu sonrisa, la nuestra y esa maravillosa comunicación que creamos en silencio. Te queremos
Tronquí!!!
La felicidad
humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden
ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días. (Benjamin Franklin (1706-1790) Estadista
y científico estadounidense.)
Existencias
de variada constitución brotan desde la intimidad del espacio, ¿será acaso nuestra
la penetración?, aquello que cuenta es el acercamiento, relación que aunque no experimentamos
a flor de piel se aprecia desde el alma.
Nuestros
sentidos nos permiten percibir sólo una pequeña porción del mundo exterior. (Nikola Tesla (1856-1943) Físico,
matemático e ingeniero eléctrico serbio.)
Allá y mas allá nos extendemos,
insuficientes respuestas para tantas preguntas. La imagen expone aquello
que en palabras no lograríamos presentar, figuras de nombre ausente se dejan
ver en la solitaria tarde.
Es mejor
viajar lleno de esperanza que llegar. Buena vida